Ventajas e inconvenientes de la reprogramación de centralitas
Analizamos cuáles son las ventajas e inconvenientes de reprogramar tu coche ¿El aumento de potencia del motor afectará al consumo de combustible y a la fiabilidad? Te contamos cuáles son los problemas que puedes tener al reprogramar la centralita y lo que debes tener en cuenta de cara a la ITV y el seguro ¿Merece la pena?
La reprogramación de la centralita es una solución habitual para obtener una dosis de potencia adicional de nuestro coche. En la primera parte de este artículo te contamos en qué consiste y a continuación trataremos de resolver las dudas que pueden surgir antes de realizar esta modificación.
Empezamos con una pregunta de difícil respuesta ¿a través de una reprogramación se puede bajar el consumo de combustible? Sí y no. Hay que ser conscientes de que si tenemos más potencia tendremos un gasto de combustible superior porque de algún sitio tiene que salir. Pero tras la reprogramación se consigue un mayor par a bajas revoluciones por lo que se puede circular en marchas largas más tiempo, algo que beneficia el consumo.
Así que sí, el consumo puede bajar, pero no porque el motor gaste menos per se sino porque nos permite realizar una conducción más eficiente porque se necesita recurrir menos a las marchas cortas. En todo caso no esperes grandes diferencias aunque se nota algo más en coches turbodiésel, que ya de por sí tienen un par grande a bajas a vueltas.
Por supuesto, tener una dosis extra de potencia bajo el pedal derecho puede incitar a algunos conductores a ir más rápido, lo que redundará en un consumo superior. La conclusión es la misma de antes, depende de nuestro estilo de conducción. Si hacemos una conducción más alegre, el consumo será mayor con reprogramación y sin ella.
Otro interrogante habitual ¿hacer una reprogramación perjudica a la vida del motor? Aquí depende de cómo de agresiva sea la reprogramación. Lógicamente una modificación que aumente la potencia original un 50% será más perjudicial que una que la aumente un 10% porque estamos exigiendo más a la mecánica.
La reprogramaciones estándar suelen ser suaves y juegan con los márgenes de fábrica que ofrece el fabricante por lo que no tienen por qué afectar sensiblemente a la fiabilidad. Como mencionamos al hablar del consumo, buena parte del resultado depende del propio conductor: una conducción agresiva somete a un mayor estrés a la mecánica (con reprogramación o sin ella) y reducirá su vida útil. Moraleja, no hagas el cafre y el coche durará más.
Haciendo una reprogramación ¿se pierde la garantía oficial de fábrica del coche o tendremos problemas con la ITV o el seguro? La teoría es que sí. Aumentar la potencia es una reforma de importancia así que es una modificación que hay que homologar e incluir en la ficha técnica (es decir, papeleos y gastos extras). También hay que informar al seguro y, por supuesto, supone la pérdida de garantía por parte del fabricante del vehículo (salvo que la modificación se haga en un taller oficial).
En la práctica es muy difícil tener algún problema en este sentido porque es prácticamente indetectable: no hay modificaciones físicas, sólo a nivel de software. En cualquier caso, cabe recordar que la reprogramación es reversible y siempre se puede volver a los parámetros originales si hace falta.
Experiencia personal
Hace algunos años acudí a un reconocido especialista a realizar la reprogramación de mi coche. Desde entonces han sido muchos los que me han preguntado sobre mi experiencia y expuesto sus dudas antes de dar el paso a hacerlo con su coche. Con estas líneas espero despejar incertidumbres.
El coche en cuestión es un Seat León de segunda generación. Lleva el motor 2.0 TDI de 140 CV antes del restyling, es decir, que no lleva sistema common rail sino bomba inyector, y está vinculado a un cambio manual.
Es un motor muy común, montado no sólo en múltiples modelos de Seat sino también de otras marcas del grupo VAG, así que el taller ya había recibido previamente las visitas de varias docenas de modelos con el mismo propulsor. Por la experiencia que atesoraban me decanté por una reprogramación estándar, que ya tenían más que probada. Antes y después de la reprogramación, que se hizo por OBD, se metió en banco para comparar los resultados.
He coloreado la gráfica para que sea más entendible. La línea discontinua azul es la potencia de serie y en rojo la potencia tras la reprogramación, sus valores se reflejan en el eje izquierdo representados en kW. La línea discontinua amarilla es el par motor original y en verde el par tras la reprogramación, con los valores reflejados a la derecha en Nm. El eje inferior son las revoluciones por minuto del motor.
Seat homologaba 140 CV de potencia y 320 Nm de par para este modelo. En mi unidad, la primera lanzada en el banco ofreció 115 kW (156 CV) y 356 Nm respectivamente. Después de reprogramar la centralita se alcanzaron los 131 kW (178 CV) de potencia y 399 Nm de par.
El motor 2.0 TDI es conocido por entregar la potencia de manera brusca en torno a las 2.000 rpm (la famosa patada característica), pero por debajo de ese régimen hay poca fuerza y conviene bajar de marchas. Tras la reprogramación, la diferencia ha sido notable. El motor se nota más vivo y más potente, pero además es algo más suave y utilizable en ciudad. La patada se ha suavizado, realizando una entrega de potencia más progresiva y desde más abajo. A unas 1.800 rpm ya se empieza a notar el empuje.
Con la nueva gestión electrónica gasto menos combustible porque puedo ir en marchas largas sin problemas. Como ahora es posible realizar una conducción más eficiente no puedo asegurar si haciendo el mismo tipo de conducción que antes el consumo sería el mismo o menos, pero sí estoy seguro de que no sería mayor.
Sobre fiabilidad, más de 100.000 kilómetros he recorrido desde entonces y baste decir que el número de incidencias hasta la fecha ha sido exactamente cero. Ha pasado varias revisiones oficiales desde entonces y nunca se han detectado signos de desgastes extraños o anomalías de ningún tipo.
Otra pregunta que suelen hacerme es si el coche echa más humo negro de lo habitual, algo que no sucede en condiciones normales pero sí pisando el acelerador a fondo. En todo caso, nunca he tenido inconvenientes en la ITV en la prueba de opacidad que mide el nivel de humo que sale por el escape.
Así que he ganado en prestaciones, también en suavidad y disfruto de un mayor rango de revoluciones útiles. No puedo estar más satisfecho con la reprogramación y seguramente en futuros coches que pueda tener repita la operación. Eso sí, mi recomendación es acudir siempre a especialistas profesionales de reconocido prestigio que ofrezcan garantía.